Como siniestra luz,
violas mi presencia,
prostituyes mi secreto
y amas mi dulzura.
Penetras mi pecho ardiente,
como clavel adueñàndose de la noche.
Tus labios jugozos han de jugar al beso.
Tu mirada me hace el amor
deliberadamente.
A esto le llamo
Concepciòn del silencio.
Una copa roja de vino blanco,
ha de desnudarse ante
nuestra sombra.
Una brisa invisible
nos invita al cansancio
Y el techo emite su dictado final.
Delicioso infeliz deseo.
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