Me agotan los muros de concreto
y los carros de colores.
Quisiera correr lejos.
Allá a lo alto,
donde de divisa el mismo amanecer
de una forma distinta.
La silueta de la ciudad desde la montaña
te arrebata un suspiro.
Es la misma ciudad, pero no la misma montaña.
Me enfrento a un miedo aparentenente conocido.
Marchar.
¿Que habrá detrás de los limites de la ciudad?
¿Tendré derecho al regreso?
Preguntas que invaden mi presencia,
mientras recojo pedazos de palabras buscando una respuesta.
No son los muros de concreto lo que me agotan,
ni los juguetones carros de colores.
Es tu ausencia.
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