El salto inconcluso de tus párpados
me devuelve al pasado.
Esos labios, son un escuadrón de guerreros chinos
vestidos por una finísima capa de lino.
Una luz que desciende
me recuerda que he vivido
este instante ya muerto.
Te miro en el espejo mientras
construyo una canción para mis cabellos.
Te veo desandar de un sitio a otro.
Espero tu roze o tus palabras,
te miro en el espejo saboreando
tus pechos.
Una rara melodía de silencio
se apodera del espejo.
Cae tu rostro impreso en el suelo.
Me regreso. Te busco.
Y nada encuentro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario