Poema a la Tia Maria......


Agradecer, un sentimiento de alma.
El alma que trémula y ciega ama su sombra.
Tu tiempo es un silencio inconcluso.
Ese tiempo que te hace detenerte y escuchar.
Escuchar, el silencio de un pájaro enfurecido, que te ama.
Te ama, tía mía.
Tía de vientos, brisas y espantos.
Mudos silencios.
Eso eres,amor de silencio.
Amor....... Amor..........Silencio.
Saltaste al vacío desconocido
de una calle fría y sola.
Corriste. Te alzaste valiente.
Volabas sin alas.
Insistias al viento por un fino empujón.
No hizo falta.
Había nacido tu alma.
Abrazaste su cuerpo con la fuerza
de un asesino en el mas oscuro callejon mundino.
Asesinaste el pasado,
con el poder dorado de tus manos.

Sentada al borde de un sueño
regresas, abrazada al presente.
Vistoriosa en tu espacio.
Nuevo, absurdo, sincero.
Tu mundo.
Tu tiempo.
Tus miedos.

Dos cuerpos.

Tu tiempo
Tus miedos
Tu mundo

¡Tu!

EL TIEMPO SOBRE MI CABEZA Un minuto es una emboscada que arranca de un soplo la vida. El mundo se mueve alrededor en un minuto. Parece tan tonto el tiempo, que apresuro un segundo como si me llevara un instante en un verso. Tan grande el mundo a mi lado. Tan pequeno el espacio donde acobijo mis miedos. Intento correr, marcando el tiempo. Olvido el tiempo mientras corro en un minuto. Las horas pasan. Un abrazo milenario, una madre que preocupa, un amor inconcluso una vida que me adora. El èxtasis de esta soledad de un minuto es involuntario. El silencio de un bullicioso segundo es irremediable, eterno. Que sabor el del silencio. Que amargura la del tiempo. No consigo el camino, aunque sigo las huellas de los que anterior a este minuto tomaron asiento en mi espanto. Es tan obvio el destino. Tan eterno, un segundo.

EL ALMA DE METAL


Penetro en una caja de metal
que mueve su horizonte en un segundo.
Cuerpos que rompen en zumbido,
intentan quedar de pie,
mientras algunos cruzan sus cuerpos.

Te llamo y vuelas,
estas ajeno, pero entiendo

Cientos de piernas deambulan.
Entiendo.
Recibo un mensaje tuyo,
que marca mi pecho.
Lo destina a correr mientras
mi cuerpo en silencio, piensa.

Mi mundo, se detiene,
no se la razón.
Me detengo,
no puedo mover ni mi sombra.
Intento escribir y una musica ajena a mi alma
penetra violenta en mi escencia.
Los veo salir, continuar.
La gente que me avecina
solo pasan.

No se han dado cuenta que escribo
y aunque creo estar pendiente al mundo.
Solo escribo.
Entiendo.

La escencia de los trasceuntes,
no esta por donde caminan.
Sino hacia donde van.

AUTORETRATO DE UN POETA

     Autoretrato DE UN POETA Al poeta se le escurren las auroras.

Sobrevuelan sus letras inconclusas.

A veces ciertas. 

El poeta marcha, se aleja.

Al poeta le han dibujado un poema.

El poeta besa su esencia, inconclusa, ajena.

Tan cerca el alma, tan lejos sus letras.  

El poeta sonríe, se asusta, se descubre.

El poeta se aterra. 

El poeta se levanta y descubre la mañana,

no cambia.

El poeta es el mismo.

Recuerda el trago y las voces.

Recuerda al hombre,

que se ausenta.

Al poeta le han dibujado un poema.

Un poema inconcluso.

Un poema sin letras.

El poeta es un poema que se ausenta.

El poeta regresa victorioso.

El poeta es tiempo.

El poeta es palabra.

@Todos los derechos reservados.

Un poema de Lian Cenzano

Escrito en NYC. Marzo, 2015

POEMA SIN NOMBRE

No lastimo tu inocencia
mientras te niego el tiempo.
Lastimas mi alma
mientras me alejas.
Sin querer, he muerto.

El viento catapulta entre húmedos sollozos mis sueños.
Y me niego, claro que me niego.

Oh alma que no piensa.
Oh alma que ha muerto.

La sombra de mi ser me acompaña.
Todo es silencio.
El aire parece detenerse y retornar vacío.
Los autos que deambulan las calles parecen testigos.
No estoy solo.
He muerto.

Te he tomado de pretexto para componer mi esencia.
Solo eso, un pretexto.

Tu imagen retozando las noches
Me alerta. Me aviva. Me resguarda.

Tu allá, yo aca.

Mi cuerpo hoy vive.
Tu cuerpo;
ha muerto.




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Venecia en miami

Ante la espera de un cafe que no he pedido retomo mis palabras.
Tu mirada me resguarda, mientras contemplo el agua de nuestra botella danzar desesperada.
Leo un libro que intenta socabar en lo profundo.
Dos manos se abrazan en su portada para denunciar el valor de las pequeñas cosas.
Devoras el dulce servido en la mesa como si se extinguieran los segundos.
Disfruto verte, mientras trasladas tu asiento desde un café miamense, a un puente venesiano.
Me enseñas fotos de tus viajes, vives por un segundo
aquel olor ensordecedor de las aguas de los canales que sustentan
la ciudad en agua.
Navegas en la góndola rentada y ni siquiera importa quien te acompaña,
pues de eso no hablas.
Disfrutas cada espacio que rodea el agua.
Estas viajando desde un cuadrado electrónico
que ahorra tu dinero para regresar al pasado.
Te ausentas, te disfruto abandonar nuestro espacio.
Bebes del agua, no el agua de los canales.
El agua de nuestra botella que te devuelve seguro de que este instante ya casi muerto.
Podrá recordarse en palabras o simplemente un beso.
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AUSENCIA

Me agotan los muros de concreto
y los carros de colores.
Quisiera correr lejos.
Allá a lo alto,
donde de divisa el mismo amanecer
de una forma distinta.
La silueta de la ciudad desde la montaña
te arrebata un suspiro.
Es la misma ciudad, pero no la misma montaña.
Me enfrento a un miedo aparentenente conocido.
Marchar.
¿Que habrá detrás de los limites de la ciudad?
¿Tendré derecho al regreso?
Preguntas que invaden mi presencia,
mientras recojo pedazos de palabras buscando una respuesta.

No son los muros de concreto lo que me agotan,
ni los juguetones carros de colores.

Es tu ausencia.